miércoles, 27 de febrero de 2008

Introducción

Al llegar nuestro Padre celestial, nuestra reacción natural es de regocijo, festejo y celebración, por que ha llegado alguien a quien amamos, alguien que es para nosotros TODO, pero una vez que nos hemos acercado a El, y hemos tenido el privilegio de ser tomados en Sus brazos de amor y recibir esas caricias de Su parte, la celebración se cambia en adoración. Ahora es un tiempo donde podemos decirle las cosas íntimas que se encuentran en la profundidad del corazón, y para esto no hay necesidad de mucho ruido, sino al contrario, es necesario hablar suave, tierna y amorosamente, para aprovechar la intimidad de la comunión que disfrutamos con El en ese momento.

Por muchos años se pensó que la alabanza y la adoración eran lo mismo pero ahora el Señor nos ha ido enseñando que no lo son y que necesitamos aprender a discernir los momentos que pasamos con El, para que nuestra relación sea mas completa y total.

La Alabanza es Fiesta

El Salmo 100 nos dice Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegria; venid ante su presencia con regocijo.

Las palabras hebreas empleadas en este pasaje son: ruwa (donde dice "cantad alegres") lo que significa gritar, levantar un sonido fuerte, aclamar, y renahnan (donde dice "regocijo") que significa grito de gozo, voz gozosa, cántico.

El Salmo 145.3 dice: Grande es Jehová y digno de suprema alabanza. La alabanza que rendimos al Señor debería ser más alta que cualquier otra que ofrezcamos a alguna persona, institución o entidad. debería ser expresada con tanta entrega, energía y devoción que no quedara duda de lo que hacemos.

En su relato de la Parábola del Hijo Prodigo, Jesús nos muestra en poco sobre el corazón del Padre: paciente, amoroso, lleno de misericordia, etc. Si esta parábola nos enseña algo acerca del corazón de Dios, es que tenemos un Dios que se goza en sus hijos y que le gusta celebrar junto a con ellos su arrepentimiento.

Debemos regocijarnos diariamente al recordar su obra redentora en la cruz y la victoria que obtuvo para nosotros al poner a Satanás bajo sus pies y luego regalarnos Su victoria (Ef. 1.22) y en ella podemos caminar y vivir en verdadero triunfo DIA tras DIA triunfantes en el nombre de Jesús.

La Alabanza es Presumir

La palabra hebrea Halal significa: hacer brillar, presumir, celebrar, hacer mucho ruido y alarde, ser jubilosos y la encontramos en versos como por ejemplo: Salmos 22.22-23; 35.18; 56.4; 63.5; 69.30.Debemos ser jubilosos cuando llegamos ante la presencia manifiesta del Señor, sabiendo que en lugar de sentirse a disgusto o incomodo, lo mas probable y definitivo es que se va a gozar en las alabanzas de Su pueblo.

¿Por qué hemos estado tan preocupados con presumir ante el mundo de que nuestro Dios es tan maravilloso, tan bondadoso, amoroso, misericordioso y miles de atributos que Él tiene?

¡No se detenga de presumirle a cuanta gente pueda! Tenemos un Dios que cumple todo lo que promete, nunca ha cometido un error, nunca ha tenido que pedir disculpas a nadie, El es perfecto y recto en todos Sus caminos. Esto es digno de admirarse y vale la pena que todo el mundo lo sepa.

Que nuestra alabanza sea una ocasión de presumir TODO lo que Él es para nosotros.

La Alabanza es Guerra

Pablo dice en 2 Cor. 10.4 - ... por que las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas...

Nuestra guerra no es carnal, así que nuestras armas tampoco lo son. La Biblia nos habla claramente acerca de que nuestra guerra es en contra de principados y potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (léase Ef. 6.12-13).

Alabanza, adoración, oración, ayuno e intercesión utilizados en conjunto con la Palabra de Dios, la sangre del Cordero y el nombre de Jesús son nuestras armas con las que causaremos un extraordinario daño al terreno del enemigo.Al cantar, hablar o declarar alabanzas al Señor, estamos haciendo saber a las fuerzas contrarias las verdades que se encuentran en la Palabra.

Estamos apuntando y bombardeando el reino de nuestro enemigo recordándole que Jesús YA triunfo sobre el, y que podemos gozarnos en Su triunfo. ...Majestuoso, Poderoso, Digno de loor... Jesucristo es Rey, Jesucristo es rey, postrados hoy ante Sus pies, Jesucristo es Rey...

Creo firmemente que cuando Satanás escucha esta declaración salir de la boca de cualquier creyente, el tiembla. Al decir... Jesucristo es Rey... estamos enviando un poderoso misil al reino de las tinieblas y libertando a los cautivos que están bajo su control. NO por el hecho de que el canto en si tenga el poder, pues el canto es solo el portador de lo que es más poderoso: la declaración de la Palabra de Dios.

Declaraciones como Jesús es el Señor, Jesucristo es el Vencedor, Jesucristo es Rey y otras más como estas, que causan danos terribles al reino de las tinieblas, por que son declaraciones poderosas y acertadas acerca de la realidad de la verdad: Jesús-Vencedor, Satanás-perdedor.

En la próxima reunión donde usted se encuentre alabando al Señor, trate de recordar este principio, para que su alabanza pueda tomar una nueva perspectiva y enfoque. Dígase a si mismo," al estar cantando y alabando, entregando mi corazón y mi vida al Senor, e estoy trayendo mas derrota al reino de Satanás.

Es por eso que la alabanza casi nunca es silenciosa. Cuando tenemos algo que festejar, alguien a quien presumir y una victoria que declarar, ¿por qué hacerlo en silencio?
Declaremos al mundo entero. Levantemos la voz y hagamos alarde del hecho que tenemos un gran Señor que... sometió TODAS las cosas bajo sus pies... (Ef. 1.22) y que nos ha regalado Su gran victoria.